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Relato Travesti Ericka Bullamark me taladra sonriente


Relatos Travestis Sevilla: Ericka Bullamark me taladra sonriente
Autor: Pinteresque55

El piso es agradable y conocido. No me molesta que me abra un ser desconocido con el que no voy a practicar sexo siempre que sea amable. Lo es; así que me dispongo a esperar. Una cosa si me perturba. No puedes concretar los detalles por teléfono. No dispones de esa toma de contacto previa que a veces es tan importante. Así que ahora, el misterio es más grande. Siento cierta inquietud.

Ella tiene una talla enorme. Yo no soy “bajito” pero en comparación con ella tengo la impresión de que podría hacer lo quisiese conmigo. Lo hará.

Es alta. De muslos y caderas generosos. Da mucho gusto recorrerlas con las manos porque tienen una suavidad y una dureza especial. Tienes la sensación de que no podrás abarcarla, pero no es verdad. Sus pechos están en total concordancia con el resto. Grandes pero proporcionados. Maravillosos en su redondez, muy gustosos al lamer, chupar o besar. ¡Recoger unos pechos grandes con las manos desde abajo, acercarlos a tu boca, deslizar la lengua, un placer para la vista, para los labios,...! Me rodea el cuello con los brazos y me besa. Ya me ha atrapado.

Es muy sonriente, agradable. Le hace gracia mi presencia o el mundo en general. La verdad es que no lo sé, pero en cualquier caso se comporta de tal modo que inmediatamente estás en privado, en persona con ella. Nada más alrededor.

Decide reposar en la cama y llamarme. Yo quería arrodillarme a besar sus pies, sus piernas y que me obligase a lamer su polla y sus huevos, pero prefiere descansar cómodamente, mientras me llama junto a ella. Aprovecho para estirarme sobre su cuerpo y mirar sus cara. De nuevo sonríe y nos besamos. Labios carnosos. Tensos y carnosos. Me abrazo y recorro su cuerpo con las manos. Me agarra la cabeza, mientras extrae su polla y me encamina a chuparla. Grande y gorda. su grosor se mantiene en toda ella. La punta es suave al tacto y más aún cuando la saboreas. Esta dentro de mi boca y me esfuerzo en pasar la lengua por cada pliegue. No está totalmente empalmada por lo que aún puedo relamerla con cierta soltura. Me la meto la primera vez hasta el fondo y se ríe. Al salir la recorro con los labios. Quiere que vuelva a engullirla de nuevo por lo que apoya la mano sobre mi cabeza y me marca un ritmo lento. Aquello crece y ya no es fácil pero voy a intentar disfrutarla. Esta polla me va a volver loco. Es maravilloso tenerla agarrada. Poder besarla, lamerla, engullirla hasta la garganta. No se como pero consigo lamer sus huevos con ella dentro. Se ríe y le parece fantástico. Yo tampoco creía que fuese posible. Le ofrezco la lengua y me pego con la polla en ella. También en la cara. Me agarra de nuevo la cabeza y me folla la boca. Me atraganto. Sigue. Sigue. Toma las riendas. La agarra y me pega con esa barra dura y suave. “Abre la boca” me dice. Yo le ofrezco otra vez la lengua y me la restriega para meterla otra vez y seguir follándome. Me dirige a sus huevos que lamo. Que chupo. Que introduzco en la boca. Mientras sigue golpeándome con la polla y se masturba. Es enorme al recorrerla con los labios.

“Folla mi culo” le digo. Trepo para restregar su miembro en mi culo y besarla. Mueve la pelvis. Se masturba con mis nalgas y mi mano. Me gira, me pone boca a abajo y sigue excitándose. Me recorre con la polla mientras me muerde el cuello. Estoy atrapado bajo este cuerpo enorme. Se que me va a destrozar pero no me importa. Lo estoy deseando.

Se pone el condón. Yo la miro pero sobre todo miro su polla tensa y crecida. Me voy a volver loco con eso dentro. Me prepara las caderas y empieza a meterla. Al principio parece que va a ser fácil pero en seguida noto el dolor. Le digo que siga entrando. Me está metiendo una polla enorme. Me obligo a echarme hacia atrás y con ella dentro le digo que espere un momento. Sigue follándome un poco, muy despacio. Pero tengo que salir un momento. Estoy jadeando como nunca pero tengo que darme un respiro. Ella está tranquila. Volvemos a la carga. Esta vez entra de una sola vez y el ritmo es mayor. Le digo que me folle, le digo que pare. Ya no sé lo que le digo. Me taladra. “Sigue, folla mi culo!” Me ha agarrado las caderas y la mete en cada embestida hasta el fondo. Se empieza a emocionar y va todavía un poco más rápido.

Me intento dar la vuelta pero no me deja. Sigue a un ritmo constante. Me inclino un poco para alejarme y ella me sigue. En vez de liberarme, me estoy encerrando cada vez más. Hasta el punto de que ya no me puedo mover porque ella está encima de mi metiendo y sacando la polla mientras me agarra la cabeza y me muerde en el cuello. Estoy desaforado. Gimo sin pudor. Casi grito. Me están reventando el culo con un placer sobrenatural.

Quiero darme la vuelta y al final accede. Yo debajo. Mis piernas abiertas, sujetas en alto y mi culo también. “Fóllame!”. Ella sigue bombeando. Primero despacio, después no. Trato de acercarme. De agarrarme. En el frenesí tengo la impresión de que me voy a caer, pero ¿a donde? Es imposible que me escape.

Se separa un momento. No entiendo lo que pasa. Me agarra. Me levanta y me lleva a una pared. Me veo pegado a ella y empieza a metérmela de pie. Separo el culo y las piernas. Ella sigue entrando, hasta que la tiene dentro entera. Yo quiero ver esto así que me giro. “No, tu de cara a la pared!”. Obedezco. Con las manos bien firmes en las caderas, me empieza a follar con muchas ganas. Mi culo a llegado al máximo de dilatación. Me duele pero prefiero morir antes de dejar que pare. Quiere que esta polla me folle toda la vida. Vuelvo a girarme. Quiero besarla. Separo una mano para atraerla. Pero ella no está de acuerdo. “Las manos en la pared. No te gires!” Para asegurarse me aprieta aún más con su cuerpo, me agarra la cabeza y pega su boca a mi oreja. Está haciendo lo que quiere conmigo pero ojalá no dejase de hacerlo nunca. Seguimos así un rato hasta que quiere volver a la cama.

Me pone de nuevo a cuatro patas en el borde. Ella de pie; y cada vez va más rápido. Esta vez es distinto; lo noto. Me giro y está como poseída. El ritmo me dice que se quiere correr, que le gusta mi culo y destrozármelo como lo está haciendo. Le digo que no se corra ahí, que quiero su leche. Pero no me hace ni caso. Me agacha la cabeza y sigue dándome con ganas hasta que se corre. Poco a poco aterriza y yo estoy destrozado. Pero quiero algo. Quiero su leche. Está de pie delante de la cama. yo me arrodillo delante de ella mientras extrae las últimas gotas. Desliza la goma. Juguetea con ella y, finalmente, comienza echarme esa maravilla sobre el cuerpo. Le beso las piernas, le lamo los huevos y la polla mientras me masturbo hasta acabar.

Me costará un buen rato prepararme para salir al mundo.


Added on May 19, 2016 at 12:00 am

Travestis de Sevilla Relatos y Experiencias de Clientes. Ericka Bullamark me taladra sonriente


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